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Fotografía de una mujer joven en silla de ruedas trabajando con su ordenador portátil
20/07/2022

El empleo de las personas con discapacidad se revitaliza en 2022: Crece un 30% interanual y un 13% sobre el nivel pre-pandemia

La contratación de personas con discapacidad «ha recuperado su vitalidad previa a la pandemia, cuando su empleo había cogido velocidad de crucero». En el primer cuatrimestre de 2022, ha crecido un 32% respecto al mismo periodo del año anterior y superando en un un 13% los niveles de contratación previos a la pandemia, según los datos del once estudio ‘Tecnología y Discapacidad’ de la Fundación Adecco y Keysight Technologies Sales Spain, que recoge estadísticas oficiales y los resultados de una encuesta a 300 personas con discapacidad.

Se consolida, así, la recuperación iniciada en 2021, cuando la contratación de personas con discapacidad se incrementó un 14%, tras el golpe sufrido en 2020 por el impacto del Covid, con una caída del 25%.

 

«La pandemia ha actuado como revulsivo para que las compañías den un paso al frente en su responsabilidad social y empiecen a valorar la diversidad como elemento clave para su competitividad, conscientes de que en esta era no podrán ser sostenibles si no se preocupan por el bienestar de las personas y de su entorno. Junto a ello, la digitalización súbita también ha acelerado un fenómeno que ya se venía gestando en los últimos años y que está permitiendo que muchas personas con discapacidad puedan aportar su talento a través de nuevas soluciones y aplicaciones tecnológicas. Por último, en estos últimos años estamos superando, además, viejos estigmas que nos sitúan hoy en el mejor momento para abordar la inclusión, en una coyuntura idónea para trabajar con las empresas en la optimización de sus políticas de Diversidad, equidad e inclusión, avanzando hacia entornos más diversos y competitivos, que no dejen a nadie atrás”, apunta Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

No obstante, advierte de que, «a pesar de que la sensibilidad social ha evolucionado sustancialmente en las últimas décadas, queda aún mucho camino por recorrer para desterrar de forma definitiva prejuicios y estereotipos que siguen lastrando el proceso de inclusión, especialmente entre aquellas personas con discapacidades intelectuales y/o derivadas de problemas de salud mental”.

Objetivo: Pleno empleo en la década de 2040

En este contexto, el 41,2% de las personas con discapacidad encuestadas considera que el pleno empleo de las personas con discapacidad podría alcanzarse en la década de 2040, gracias a los avances tecnológicos y de la inteligencia artificial.

Por otra parte, un 19,1% que opina que habrá que esperar hasta 2050 para que la tecnología posibilite este cambio de paradigma; un 18,5% lo atrasa al decenio 2060, y un 9,3% es más optimista y estima que el pleno empleo tendrá lugar en la década 2030.

Gráfico de tarta con el porcentaje de encuestados que consideran que las nuevas tecnologías permitirán alcanzar el pleno empleo en las próximas décadas

El estudio detalla que el proceso de inclusión laboral de las personas con discapacidad podría acelerarse, a tenor de avances como:

  • La irrupción de tecnologías adaptadas y productos de apoyo tecnológicos, que facilitan las tareas y rutinas de las personas con discapacidad. Por ejemplo, equipos y programas para aumentar la movilidad, la audición, la visión o las capacidades de comunicación.
  • La robotización y la digitalización, que tienen un gran potencial para acabar con las barreras de discriminación basadas en variables como la fuerza física, inercias o roles que tradicionalmente han perjudicado a las personas con discapacidad.
  • La consolidación del teletrabajo, que está permitiendo a las personas con discapacidad desempeñar su puesto de trabajo evitando el factor desplazamiento, que tan costoso resulta en ocasiones.

A pesar de la positiva evolución, el estudio recuerda «la aún exigua participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral, con una tasa de actividad del 34,3%».

El 65,7% de las que están en edad de trabajar no tiene empleo ni lo busca, un dato que ha permanecido más o menos estanco durante la última década, sin registrarse evolución. Esta tasa de actividad es 41,8 puntos inferior a la de la población sin discapacidad (76,1%) y, según indican fuentes del movimiento asociativo, esta brecha sería aún mayor en el caso de las personas con discapacidades intelectuales y/o problemas de salud mental, ya que en estos casos la inactividad se dispararía hasta el 80% o 90%.

“Las nuevas tecnologías son grandes aliadas para facilitar su acceso al empleo; sin embargo, no bastará con garantizar el acceso igualitario a las NT, sino asegurar que los profesionales con discapacidad adquieran competencias digitales para conectar con las demandas de las empresas, formándose en alfabetización digital, programación, redes sociales y otras materias en auge en las que siguen infrarrepresentados. Paralelamente, es fundamental que los avances tecnológicos vayan acompañados de una intensa labor de sensibilización que elimine los prejuicios, la indiferencia y la discriminación, verdaderos frenos a la inclusión”, subrayó Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Formación, competencias y cooperación

Mesonero apunta que, “en este contexto de economía digital, es fundamental que las personas con discapacidad puedan adquirir competencias para desenvolverse en igualdad de condiciones en el entorno online y acceder a empleos en auge en ámbitos como la programación o el desarrollo web. Sin embargo, no solo los perfiles más especializados necesitan competencias digitales, sino que éstas se han convertido en un ‘must’ también para el desempeño de posiciones en la mayoría de los sectores de actividad. Hoy en día lo digital lo impregna todo y las personas con discapacidad no pueden quedarse atrás”.

Gráfico de barras con las principales barreras en el uso de las nuevas tecnologías por parte de personas con discapacidad

Para ello, añade Mesonero, «es necesario apelar a la acción conjunta y coordinada de Administración Pública y tejido empresarial. Las políticas activas de empleo son el instrumento por excelencia para empoderar a los desempleados con más dificultades, poniendo énfasis en sus competencias digitales para el acceso al mercado laboral en sectores emergentes. En este marco, la formación, la intermediación laboral personalizada y los incentivos a la contratación son las palancas que hay que accionar y/o reforzar para hacerlo posible. Por otra parte, las estrategias de Diversidad, equidad e inclusión en el ámbito empresarial son esenciales para convertir la obligación legal de incorporar personas con discapacidad en una oportunidad que genere excelencia y competitividad empresarial”.

Toda la información y acceso al informe, en la web de Fundación Adecco, en este link.